Newsom dijo en la red social X que el Gobierno federal está "creando el caos para tener una excusa para escalar las cosas" y que "no es así como se comporta ningún país civilizado". El gobernador calificó la decisión de Trump de desplegar a la Guardia Nacional como una acción "deliberada y cobarde", apuntando que "solo aumentará las tensiones".
Trump reaccionó a Newsom en su plataforma Truth Social: "Si el gobernador Gavin Newsom de California y la alcaldesa Karen Bass de Los Ángeles no pueden cumplir con sus funciones, que todos saben que no pueden, ¡entonces el Gobierno federal intervendrá y resolverá el problema de los alborotadores y saqueadores de la manera que hay que resolverlo!".
El mandatario estadounidense también anunció el domingo que no permitirá el uso de máscaras en las protestas. El secretario de Defensa Pete Hegset, dijo que los marines se movilizarán en caso de "violencia continua".
Las protestas frente al edificio federal de Los Ángeles comenzaron el viernes después de que funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) allanaran varias áreas de la ciudad ese mismo día con el objetivo de detener a los inmigrantes ilegales. Durante este tiempo, la Policía local usó gas lacrimógeno, pistolas paralizantes y escudos antidisturbios para hacer retroceder a los manifestantes por la inmigración.
El sábado, unas 400 personas también participaron en una protesta en Paramount, una ciudad al sur de Los Ángeles que redujo gradualmente el número de manifestantes a lo largo del día, según el Departamento del Alguacil del Condado de Los Ángeles.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, al menos 44 personas fueron arrestadas bajo sospecha de violar las leyes de inmigración durante las redadas del viernes. Una multitud de "unos 1.000 manifestantes" se reunió en torno al edificio federal y algunos "atacaron a agentes del orden público, rompieron neumáticos y destruyeron propiedades financiadas con dinero de los contribuyentes", añadió el Ministerio.
El Departamento de Seguridad Nacional informó posteriormente que recientes operativos de ICE en Los Ángeles resultaron en el arresto de 118 inmigrantes, incluidos cinco personas vinculadas a organizaciones criminales y personas con antecedentes penales.
David Huerta, presidente regional del Sindicato de Empleados de Servicios (SEIU, por sus siglas en inglés), también fue arrestado el viernes mientras protestaba. El Departamento de Justicia confirmó que se encontraba detenido el sábado en el Centro de Detención Metropolitano de Los Ángeles, en espera de una comparecencia ante el tribunal programada para el lunes.
El líder demócrata de la minoría en el Senado, Chuck Schumer, pidió su liberación inmediata, advirtiendo sobre un "preocupante patrón de arrestos y detenciones de ciudadanos estadounidenses por ejercer su derecho a la libertad de expresión".
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, también dijo en un comunicado el sábado que "turbas violentas" habían atacado a agentes del Servicio de Control de Aduanas e Inmigración y a agentes federales encargados de hacer cumplir la ley que estaban llevando a cabo la operación inicial de deportación. Si bien apoyó las operaciones de los agentes del Gobierno, describió tales medidas como necesarias "para detener y revertir la afluencia de delincuentes ilegales a los Estados Unidos".
También dijo que los políticos californianos eran "irresponsables" y que "eludieron por completo su responsabilidad de proteger a sus ciudadanos", lo que llevó a Donald Trump a ordenar el despliegue de la Guardia Nacional. Las continuas advertencias y amenazas de la Administración Trump se producen cuando el Departamento de Policía de Los Ángeles afirma que las protestas en toda la ciudad se están llevando a cabo "pacíficamente".
