Esto se produce después de que el Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU. fallara que la mayoría de las tasas son ilegales. De acuerdo con aquella decisión judicial, Trump se extralimitó en su autoridad al imponer las barreras aduaneras a las importaciones de países que venden más a EE.UU. de lo que compran.
La decisión del Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU. bloqueaba los aranceles del 30 % introducidos contra China, los del 25 % impuestos contra algunas importaciones de México y Canadá, y los aranceles universales del 10 % a la mayoría de los productos que llegan a EE.UU. Al mismo tiempo, no afectaba a los gravámenes del 25 % sobre las importaciones de coches, piezas de automóvil, acero o aluminio.