Desde el mes de abril, Musk dejó de trabajar físicamente en la Casa Blanca. Dejó de asistir a reuniones en persona, incluyendo encuentros en el Despacho Oval y viajes en el Air Force One, aunque siguió colaborando con el Gobierno del presidente Donald Trump de manera remota.
Durante el tiempo que trabajó de manera parcial con el Gobierno, el magnate tecnológico se enfocó más en su trabajo en Tesla. Sin embargo, debido al límite legal de 130 días consecutivos en su cargo, el estatus formal como empleado especial solo podía extenderse hasta finales de mayo.