Durante una reunión en el Aula Pablo VI con empleados y sus familias, el pontífice agradeció su servicio y destacó que no era momento para discursos programáticos, sino de reconocimiento colectivo.
El pontífice, de origen estadounidense-peruano, recordó su transición desde la diócesis de Chiclayo (Perú) al Vaticano, donde dirigió el Dicasterio para los Obispos antes de su elección el 8 de mayo. Resaltó cómo su experiencia misionera en Perú marcó su vocación pastoral: "Nunca podré agradecerle lo suficiente al Señor por este regalo", afirmó.
León XIV enfatizó la necesidad de construir una "Iglesia misionera" que dialogue, acoja y promueva la unidad. "Cada uno puede ser constructor de unidad con su actitud hacia los compañeros", dijo, al subrayar valores como la paciencia, la humildad y el humor para superar tensiones cotidianas.
En un tono cercano, bromeó con los asistentes al recibir una larga ovación: "Si los aplausos son más largos que el discurso, tendré que hablar más. ¡Cuidado!". Destacó que, aunque los papas cambian, "la Curia permanece, reconociendo su rol esencial en la gobernanza eclesial".
El mensaje del papa reforzó su visión de una Iglesia inclusiva y sinodal, alineada con las reformas de Francisco. Su nombramiento de una monja como secretaria de un dicasterio clave —gesto inédito— confirma su compromiso con una gestión renovada y colegiada.
