Los siete heridos, estudiantes de segundo y tercer grado de primaria, resultaron con lesiones de diversa consideración. Cinco niños de segundo grado (cuatro varones y una niña) y dos varones de tercer grado se encontraban conscientes tras el incidente, aunque la menor de siete años sufrió heridas de gravedad en la cabeza.
En declaraciones ante la policía, Yazawa confesó su intención homicida: “Todo me resultaba insoportable. Quería matar a alguien, así que decidí atropellar con el coche a varios niños”.
Un alumno relató: “El conductor parecía desorientado. El coche se desvió de repente hacia nosotros. Vi que algunos de los niños delante de mí estaban sangrando y quedaron atrapados entre el vehículo y la pared”. Otro testigo adulto añadió: “El coche iba arrinconándose cada vez más hacia el muro. Incluso cuando los niños estaban atrapados, el conductor no se detenía. No bajó del coche hasta que un grupo de maestros y un hombre mayor lo enfrentaron”.
Ese hombre mayor resultó ser un exoficial de policía que actualmente colabora con la escuela como asistente de seguridad. Fue él quien redujo al atacante y logró su arresto inmediato en el lugar de los hechos.
Según informó el Comité de Educación de Osaka, actualmente los alumnos solo tuvieron clases hasta la cuarta hora y, tras el almuerzo, regresaban a casa de forma individual, no en grupos organizados. Esta circunstancia habría contribuido a que el grupo de niños estuviera expuesto en la vía pública sin una estructura de protección.
Las autoridades están revisando las cámaras de seguridad del vecindario y esperan contar con evaluaciones psicológicas del detenido para profundizar en el análisis de su perfil y estado mental.