Esto hecho ocurrió debido a varios factores, como pueden ser la posible vida útil de los mismos, o la falta de innovación o grandes novedades en los últimos modelos que se ponen al mercado.
En una sociedad donde estar conectado a la tecnología es percibido como algo básico y fundamental, hay cada vez más personas que quieren desvincularse de sus aparatos electrónicos. Ya sean consolas, relojes digitales, o teléfonos, las personas buscan reducir su tiempo de consumo de pantalla o directamente eliminarlo.
En respuesta a este hecho, ha surgido un gran interés por un nuevo tipo de dispositivo: el móvil "tonto". Al contrario que los smartphones, estos teléfonos no disponen de acceso a internet, ni a aplicaciones de redes sociales. Su función se reduce exclusivamente a realizar y recibir tanto llamadas como mensajes de texto. Esto permite a los usuarios encontrar una vía hacia la desintoxicación tecnológica.
Es por esta razón que, según muestran los datos más recientes de idealo, los móviles "capados" o "bobos" han experimentado un aumento en la demanda del 214%, es decir, se ha triplicado el interés por estos teléfonos en solo un año.
Atendiendo a datos europeos, se muestra que España está a la cabeza del interés de este tipo de producto, pero no está sola en la tendencia. Por ejemplo, se puede ver que el aumento en Italia es del 180%, en Francia del 118 %, y en Inglaterra del 111 %.
La nación europea que ha visto una menor subida en la demanda de estos dispositivos sin acceso a interrnet es Alemania, que sin embargo acumula de lejos la mayor demanda de Europa, y cuenta con un 67 % de aumento este año.
Kike Aganzo, responsable de comunicación de idealo.es, ha comentado lo siguiente con respecto al auge de este tipo de dispositivos: “En un mundo donde las tecnologías avanzan a pasos agigantados y nuestras vidas están constantemente conectadas, muchas personas han llegado a un punto de saturación digital. Los conocidos como ‘móviles bobos’, han emergido como una opción refrescante, un regreso a lo esencial que invita a desconectar de la sobrecarga de información, a reducir las distracciones constantes, y a abrir la puerta a relaciones más auténticas, tanto con nosotros mismos como con las personas que nos rodean”.