Según precisó Henry, la enfermera administró "dosis letales y potencialmente letales de insulina a 22 pacientes" en instalaciones medicas, provocando que la "mayoría" fallecieran poco después o más tarde.
La agencia AP señala que Pressdee habría estado involucrada en la muerte de al menos 17 pacientes que vivían en cinco centros de salud en cuatro condados del estado de Pensilvania entre 2020 y 2023.
La fiscal afirma que Pressdee aprovechó la confianza que depositaron en ella los pacientes que dependían de su cuidado para "envenenarlos". Asimismo, indicó que, aunque la sentencia no "recuperará las vidas perdidas", garantiza que la sindicada nunca tenga "otra oportunidad de infligir más daño".
Algunas familias de las víctimas presentaron demandas por muerte por negligencia. Hablando esta semana durante la audiencia en el Tribunal del Condado de Butler, afirmaron que Pressdee tenía mal genio, era intolerante e insultaba y trataba mal a sus pacientes, recoge el canal NBC.
A menudo se le llamaba la atención por comportamiento abusivo hacia los pacientes o el personal en cada instalación en la que trabajaba, lo que resultaba en su renuncia o su despido, detalla la revista People.
Una de las demandas acusa a la enfermera de impedir que otras de sus colegas alimentaran o le dieran agua a un enfermo que tenía una lesión cerebral, condición a la cual se refería con términos despectivos.
Además, hablando de otro paciente, afirmó que estaría "mejor muerto". Mensajes de texto encontrados en su celular revelaron su obsesión con muertes y asesinatos. En conversaciones con su madre escribió sobre querer matar a uno de sus pacientes. En otros mensajes, amenazaba con matar a otras tres personas.
La edad de sus víctimas oscila entre 43 y 104 años. De acuerdo con los investigadores, la acusada explicó que "se sentía mal por su calidad de vida, y esperaba que entraran en coma y fallecieran".