Internacional
El papa Francisco lava los pies a doce reclusas por el Jueves Santo en silla de ruedas
En sus once años de magisterio, el pontífice ha celebrado la misa 'In Coena Domini' generalmente en cárceles
28 de marzo de 2024
Internacional.- El papa Francisco celebró el Jueves Santo en la prisión femenina de Rebibbia en Roma, donde acudió para presidir la misa de la última cena y lavar los pies a doce reclusas como hizo Jesús a sus discípulos. 

El pontífice llegó en silla de ruedas a la prisión para realizar este acto simbólico, una tradición que comenzó a hacer desde el inicio de su pontificado. 

Las presas, muchas de ellas llorando, se subieron a una plataforma y el pontífice pasó por delante de ellas, a sus pies, para lavárselos y después besarlos, con un mandil blanco y llevado en su silla de ruedas debido a sus conocidos problemas de movilidad.

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El papa Francisco ha explicado que en este Jueves Santo, Jesús hizo entender, lavando los pies a sus discípulos en la última cena antes de su arresto, que "había venido para servir y no para ser servido". "Jesús perdona todo, Jesús perdona siempre, solo espera que nosotros pidamos perdón", ha sostenido ante las reas.

El pontífice argentino ha recordado que una vez "una anciana sabia y de pueblo" le dijo que "Jesús nunca se cansa de perdonar, sino que —puntualizó— somos nosotros quienes nos cansamos de pedir perdón". 

"Ahora haremos lo mismo que hizo Jesús, lavar los pies, que es un gesto que llama la atención sobre la vocación del servicio. Pidamos al señor que haga crecer en todos nosotros la vocación del servicio", ha manifestado, para después proceder a imitar a Cristo.

Tras culminar la misa, la directora del centro, Nadia Fontana, agradeció al papa su presencia: "Para cada una de ellas es un rayo de sol que caldea el corazón y reaviva la esperanza de poder recomenzar, aunque se tenga que hacer desde cero", expresó.

Francisco fue acogido por decenas de mujeres, presas, trabajadoras sociales, monjas y agentes de policía, que le ovacionaron y besaron sus manos a su paso. De este modo, el papa, a pesar de sus últimos problemas de salud, continúa con una tradición iniciada con su pontificado en 2013, al no celebrar, como se venía haciendo, el Jueves Santo en la basílica de San Juan de Letrán de Roma sino en los lugares de sufrimiento de la sociedad moderna.

Las reclusas le regalaron algunos de los productos que ellas mismas elaboran: una cesta con verduras, un rosario con cuentas con los colores del arcoiris y unas estolas. El papa devolvió el gesto entregando al centro un cuadro de la Virgen y el Niño.

En sus once años de magisterio ha celebrado la misa 'In Coena Domini' generalmente en cárceles, aunque también lo ha hecho en centros de acogida para refugiados, en correccionales de menores o en residencias, con los enfermos.


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VÍA NT
FUENTE 20 Minutos