Todo partió cuando fue hacia el mencionado lugar para retirar $20.000 de una sucursal bancaria.

Fue ahí cuando los criminales —un hombre y una mujer— llegaron y la intimidaron para que sacara más dinero, según contó ella.

Luego, se hicieron pasar por familiares y se subieron con ella a un taxi. La amenaza era que si se revelaba, iban a hacerle daño a sus hijos.

Así, la llevaron hacia su departamento de la misma comuna para robar múltiples objetos.

Sin embargo, no encontraron los artículos que tenían en mente, según rescató el citado medio.

Tras salir de su domicilio, la llevaron hacia un restaurante, en el que los delincuentes se pudieron un agua mineral y una bebida.

Al mismo tiempo en el que se tomaban los bebestibles, realizaban transferencias con el celular de la víctima. El monto total sería de unos $400.000.

Más tarde, pidieron otro vehículo por medio de una aplicación y fueron hacia un tienda comercial en la que hicieron un avance.

Después, aproximadamente a las 16:00, la obligaron a que cruzara a la Plaza de Armas y se quedara en una de las bancas.

La obligaron a permanecer ahí, mirando hacia abajo y sin intentar pedir auxilio.

Ante las amenazas, la víctima asintió. Cuando volvió a mirar hacia dónde estaba la pareja de delincuentes, estos ya se habían ido.

Después de que se hiciera la denuncia ante las autoridades, se reveló que el caso está siendo investigado como un secuestro y que la mujer no tuvo lesiones, según rescató BioBioChile.