Espectáculos
Belinda compartió su reinvención en la música (+Detalles)
Corridos coquette, así llama al nuevo sonido que está forjando con Cactus, su canción más reciente, una fusión delicada y poderosa
20 de marzo de 2024
Espectáculos.- El movimiento de su cabello lo dice todo: Belinda se reinventó. Al unísono, su ahora melena verde desprende una melodía visual, una sinfonía de color y luz. “Este cambio ha sido un renacer para mí”, confiesa con una sonrisa al tiempo que refleja una audacia que va más allá de la estética. Este verde no es sólo un cambio de tonalidad, también es el preludio de una nueva era artística.

Como el verde que ahora adorna su cabellera, Belinda no se conforma con lo convencional. El color es una declaración de su dinamismo interno que hace eco en su música. “Estoy explorando un nuevo género musical”, revela con entusiasmo.

Corridos coquette, así llama al nuevo sonido que está forjando con Cactus, su canción más reciente, una fusión delicada y poderosa como el matiz particular que eligió para su cabello. 
“Es una mezcla de todo lo que soy”, dice. Y es fácil creerle, porque tanto en su música como en su imagen, Belinda porta el sello de lo imposible de definir. Algo que, cuando crees comprenderlo, se reinventa ante tus propios ojos. “Este cambio fue un desafío a mis miedos para aceptar y abrazar el cambio”, prosigue. 

La cantante se encuentra en un estudio en Ciudad de México para su primera portada de Vogue México y Latinoamérica. 

Su mera presencia parece haber ejercido una gran influencia en el camerino: hay cuatro personas rodeándola, dos peinadores y dos asistentes que le hacen las uñas y le traen baños de agua tibia para sus pies. Sin embargo, la princesa del pop latino, celebrada por Bad Bunny en su canción VOU 787 (2023), es sutil como una flor de vainilla cuando se enfrenta a una entrevista. Pero no hay que dejarse engañar, también comparte con la vainilla la calidez y dulzura cuando toma confianza. Basta decir que todo el camerino huele a esa magnética flor: su nota aromática favorita.



Corridos Coquette…

Todo el mundo ve los corridos bajo un prisma diferente. Este subgénero de la música regional mexicana ha evolucionado a través de variantes como los alterados, los progresivos, los tumbados y los bélicos.

Estas últimas dos vertientes, que crean un diálogo entre la música regional mexicana y algunos elementos de la música urbana, emergieron a mediados de la década pasada y se catapultaron en popularidad a principios de la siguiente, particularmente en México y Estados Unidos. Peso Pluma, Natanael Cano, Fuerza Regida, Carin León y Junior H lideran esta ola.

En este panorama de constante innovación, Belinda introduce su reinterpretación disruptiva: “Los corridos coquette son un estilo propio que fusiona el sonido tradicional del corrido con un toque soñador y delicado, muy femenino y pop. Tomar riesgos es esencial, sin perder tu esencia”. La aproximación de la cantante nace de la tendencia coquette, un movimiento que se hizo viral en redes sociales por su manera de celebrar la feminidad, mezclando coquetería y elegancia en la moda. Este giro único en los corridos no sólo enriquece el género, sino que también refleja un diálogo contemporáneo con la cultura pop. Cactus es la perfecta encarnación de este estilo. Tras su lanzamiento, dominó las listas de Spotify y YouTube gracias a su romántica letra y la combinación de sonidos tradicionales de la música serrana con el reguetón, algo que Belinda anticipa que representaría un cambio. “Sabía que iba a causar controversia, es un sonido completamente diferente a lo que he hecho antes”, admite. Sin embargo, su confianza resurge rápidamente. “Este sonido es importante para mí, es México. Incluso mi próximo sencillo encapsula este género. Es con Natanael Cano, alguien a quien admiro mucho”. Cano, de 22 años, es conocido por ser el pionero de los corridos tumbados. Al joven mexicano se le conoce por revolucionar el sonido de los corridos con mezclas urbanas.

Mientras Belinda habla, la estrella es el centro de un entorno bullicioso, sentada en una silla de piel mientras un equipo de estilistas y asistentes trabajan alrededor de ella. Luce una t-shirt vibrante, lo que resalta su presencia en la habitación. A pesar de la actividad a su alrededor, hay una sensación de calma y concentración en su postura. Una de las frases más virales de Cactus en las redes sociales es: “La terapia ayuda, pero la música sana más cabrón”. Cuando le pregunto cómo la música la ha ayudado a sanar, Beli-k (como se le conoce desde su incursión en este género) echa hacia atrás la cabeza, baja las pestañas y responde sin timidez. “Personalmente, cuando puedo estar en el estudio y escribir canciones, de alguna manera estoy sanando mi corazón”, dice entre suspiros.


Hay que decir que un estudio de grabación no es el único refugio para sanar de Belinda, también lo son discos como A Rush of Blood to the Head (2002), de Coldplay o No Need To Argue (1994), del grupo The Cranberries. En el íntimo refugio del camerino, Belinda saca su celular con emoción en los ojos. Invita a todos los presentes a escuchar, una tras otra, las canciones en las que ha estado trabajando después del éxito de Cactus. “Detrás de cada melodía hay un proceso creativo intenso. Cuando finalizo una canción y son las cuatro de la mañana, y luego la escucho, siempre pienso en qué podemos mejorar al día siguiente”, dice.

Cada álbum de Belinda marca un capítulo en su evolución personal y artística. Belinda (2003) fue la introducción a una voz fresca en el pop latino, Utopía (2006) un sueño surrealista que expandió su horizonte musical, Carpe Diem (2010) capturó un espíritu más experimental y audaz, mientras que Catarsis (2013) se convirtió en la síntesis de distintas experiencias vividas, un despliegue de vulnerabilidad y fortaleza. Ahora, en la alborada de su nuevo proyecto, se prepara para agregar otra capa a su legado, tan audaz y matizada como el cambio de su cabello verde.

Surrealismo pop

No hay timidez. No hay una pizca de miedo. Belinda se mueve, salta, se curva, pareciera que danza al ritmo de la cámara. Todo esto sucede en la sesión de fotos de portada. Hay un rack con todas las opciones de vestidos. De fondo, música urbana, beats rápidos. Luce un traje de dos piezas en color café con flecos, boho chic, recortado y trenzado. Pero a Belinda ni el bullicio alrededor, ni los fotógrafos, ni el beat, ni los estilistas le estorban. “Siempre trato de decir cosas diferentes. Me gusta que mis letras tengan profundidad, aunque también disfruto escribir canciones más ligeras para bailar. En el fondo, busco siempre esa conexión con emociones profundas de mi vida”, confiesa. Hablamos entonces de una de sus baladas más populares: Luz sin gravedad, pero también Amor a primera vista, su fusión cumbia pop, hecha a dueto con Los Ángeles Azules.

La nueva fusión de Belinda con los corridos coquette no sólo muestra su audacia musical, sino que también resuena con la valentía heredada de su linaje. Al igual que ella desafía los géneros musicales, su abuelo, Pierre Schüll, desafió el peligro en el ruedo. Se pone nostálgica cuando pronuncia el nombre de su abuelo, un afamado torero francés. “Siempre vivió al límite y eso es parte de mis raíces”, expresa. “Tenemos un pañuelo en nuestra casa de España, donde Picasso le escribió a mi abuelo: ‘A este gran matador ’. Siempre que lo veo, confirmo que el arte siempre se ha manifestado en mi vida”.

Picasso es sólo uno de los artistas que forman parte de su universo. Hay otros como Salvador Dalí, Frida Kahlo, Leonora Carrington y Remedios Varo. Todos con una cualidad: su coraje para explorar territorios inexplorados en el arte. Así, Belinda transforma el surrealismo de Picasso y la audacia de Schüll en un sonido que es único y totalmente suyo. Un surrealismo pop que deja ver en sus canciones. Por ejemplo, en Utopía, hay una frase que dice “tu silencio es un reflejo de los sueños de Dalí”. En otra, de nombre Dopamina, juega con estas mismas metáforas surrealistas como “La noche es anestesia”.

Entre el bullicio del set, Belinda es la calma en el centro de la tormenta. Cada movimiento frente a la cámara es deliberado, una danza entre la luz y la sombra que captura su esencia. De vuelta al camerino, mientras los estilistas trabajan en el maquillaje de Belinda, su atención se desplaza suavemente de la música y el surrealismo pop a otras de sus pasiones, como la belleza y el cuidado de la piel. “El hielo es mi gran secreto. Lo sostengo tanto como pueda sobre mi cara. ¡Es casi una tortura!”, confiesa entre risas. Este ritual helado lo lleva a cabo al menos tres veces durante el día, para notar la diferencia. También lo son otros rituales de belleza. “Desmaquillarme es fundamental”. Otro de sus secretos es mezclar varios sueros, como un aceite facial con otro más ligero.

Cuando se le pregunta por otra de sus pasiones, la joyería, habla de Pandora, firma danesa de la que es embajadora. “Para mí no es sólo una marca, son piezas que conectan con emociones e historias personales”, explica mientras recuerda sus charms favoritos de la firma, como la colección Disney x Pandora. Su mirada entonces se ilumina como la de una niña cuando menciona en particular los charms de las princesas de Disney: desde La Sirenita hasta Cenicienta. Y es que los charms son una de las identidades de Pandora. Se trata de pequeñas piezas de joyería que se utilizan para personalizar brazaletes o collares y que Pandora diseña desde hace tiempo. “Recuerdo mi viaje a Tailandia. Estaba nadando con mis brazaletes de Pandora. Al abrir los ojos bajo el agua, el mar era de un azul intenso. Fue un momento mágico con mis charms brillando bajo el agua, como si tuviera estrellas en mi mano. Magia pura”.

Y de inmediato saltamos a otra de sus pasiones: la actuación. “El proyecto sobre Paco Stanley es algo que me emociona mucho. Este año se estrenará. Me sumergí en el personaje hasta el punto de no reconocerme”, dice sobre la serie de Prime Video que gira en torno al deceso inesperado del presentador de la televisión mexicana, de los años 90. Belinda interpretará a Paola Durante, staff del conductor.

Pero en este nuevo capítulo de su vida no sólo participará en el thriller antes mencionado, también interpretará a Daniela, en la serie basada en el exitoso musical Mentiras, bajo la dirección de Gabriel Ripstein. Esta vez, Belinda se adentrará en los años 80, explorando éxitos musicales de esa década en México como Yo no te pido la luna, de Daniela Romo. “Esas canciones tienen una complejidad y una riqueza que hoy en día a menudo se subestima”, añade con una emoción latente.

Escena final…

Pero volvamos a sus raíces más profundas. Su semblante ahora luce frágil y tímido. Un recuerdo antiguo crece en ella. Sus ojos se abren de par en par. La actriz y cantante se prepara para compartir historias aún más personales. 

“Mariana y Silvana son increíblemente especiales para mí. Representan el inicio de todo. Interpretar a estos dos personajes (una amante de la música regional mexicana y la otra más inclinada al pop) fue un momento crucial”, recuerda sobre una de sus telenovelas más exitosas, Cómplices al rescate (2002), en la que Belinda, siendo una niña, interpretaba a dos hermanas gemelas. La historia fue un éxito en la televisión mexicana, vista por millones de niños que hoy forman parte de sus legiones de fanáticos.

—Y si miras tu música actual, ¿qué representan esos dos personajes? “Siento que estoy fusionando esas dos partes de mi identidad en una sola. Es como si estuviera creando un puente entre mi pasado y mi presente, explorando los corridos pero con un toque pop”.

Los recuerdos siguen surgiendo, ahora con aromas. Le gustan la lavanda y la menta desde niña, pero afirma que siempre vuelve a los aromas especiados, como la flor de vainilla. “Encontrar el perfume perfecto es un desafío. A pesar de probar muchos, siempre termino volviendo al mismo de siempre”.

Enseguida se respira un aire tibio. Silencio. Pero en segundos, la calidez de su sonrisa ilumina de nuevo el camerino. Momento de una última confesión: “¿Sabías que La Vie en Rose es la canción con la que deseo despedirme de este mundo?”

Incluso en el final, Belinda se propone hacer de su último paso por el escenario del mundo, el más aplaudido y perfecto de sus papeles. “Imagina lo significativo que es para mí pensar en el día de mi muerte, queriendo que esa canción suene en mi funeral”, expresa. Pero lejos de ser un final, esta reflexión es un testimonio de su determinación por vivir en plenitud, arraigada a sus orígenes y abierta a los riesgos que el futuro le depare, como el cambio revelador a un pelo verde que simboliza mucho para ella.

El silencio se instala nuevamente en la conversación, un silencio profundo que sigue a las palabras compartidas. Belinda lo rompe suavemente: “Es que... son mis raíces. Estoy lista para abrazar esos riesgos una y otra vez”.

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VÍA NT
FUENTE Vogue México