En una salida extraordinaria, Norris, que partía de quinto, ganó dos plazas, adelantando incluso a su compañero Piastri en una maniobra arriesgada que podría haber acabado con uno de los McLaren o los dos fuera de la carrera, mientras que Russell no tuvo problemas para conservar la primera plaza, por delante de Verstappen.
Piastri se quejó por radio de la maniobra de Norris, que para no tocarse con Verstappen a la entrada de la segunda curva, echó al australiano hacia el muro y lo aprovechó para adelantarle.
Lejos de esa lucha fratricida, Russell aprovechó la falta de tráfico por delante para abrir hueco sobre Vertappen: dos segundos en solo cuatro vueltas, ventaja que ya había triplicado ocho giros después.
Verstappen, por su parte, vio como Norris se pegaba a solo un segundo y en McLaren amagaron con entrar a cambiar neumáticos para adelantar al neerlandés en boxes, lo que se reveló un farol ya que el británico se mantuvo en pista.
Las paradas comenzaron para los primeros clasificados en la vuelta 19, con Verstappen en primer lugar.
Con gomas nuevas, el neerlandés destrozó el mejor crono en pista hasta ese momento (1:36.330), lo que aceleró la parada de Russell, Norris y Piastri.
"Es fantástico (...) No sé de donde viene exactamente este rendimiento, pero estoy muy, muy feliz", declaró tras la vitoria Russell, que dominó la carrera de principio a fin.