En una ceremonia celebrada en el Paraninfo del edificio histórico de las Escuelas Mayores, el rector impuso las insignias y el birrete al mallorquín, mientras el decano de la Facultad de Educación, Ricardo Canal, defendía su candidatura en una laudatio que resaltó su disciplina, humildad, espíritu de superación y compromiso con la excelencia.
En su discurso, Nadal recordó que no siguió el camino académico tradicional y reconoció que su “formación” fue distinta: marcada por competencias en las canchas, esfuerzo diario y compromiso personal. “El deporte me ha enseñado que no se puede sentir superior a nadie; que aceptar la derrota y levantarse con nuevos bríos es parte de la vida”, dijo.
La votación en el Claustro de Doctores fue inusual: aunque la mayoría aprobó su nombramiento, un 34 % votó en contra, argumentando que las distinciones honorarias deben recaer en méritos académicos o científicos más que deportivos.
Con este reconocimiento, Nadal se suma a más de 160 personalidades ya galardonadas por la universidad, entre científicos, escritores, políticos y figuras culturales.