María Pérez volvió a demostrar su dominio táctico aplicando la misma estrategia que la coronó campeona en los 35 kilómetros marcha una semana antes, también en Tokio. La atleta española se integró desde el inicio en el grupo de cabeza, formado por cerca de una docena de corredoras tras los primeros cinco kilómetros.
Entre sus principales rivales se encontraban Antonella Palmisano, medalla de plata en los 35 kilómetros, Kimberly García León y Jiayu Yang. La carrera se desarrolló con un ritmo controlado, alternándose la peruana García León y la española Pérez en el liderato del grupo.
Sin embargo, una de las grandes sorpresas llegó cuando Antonella Palmisano, una de las máximas favoritas, se vio obligada a retirarse de la competición, reduciendo considerablemente las opciones del grupo de cabeza.
Con un tiempo de 1:25:54, María Pérez se proclamó campeona del mundo por cuarta ocasión, la segunda en la modalidad de 20 kilómetros marcha. La mexicana González y la japonesa Fuji completaron el podio de una prueba que también tuvo representación española destacada con Antía Chamosa en séptima posición y Paula Juárez finalizando en el puesto vigesimosegundo.
Este doblete mundial convierte a la granadina en una de las mejores deportistas españolas no solo del momento actual, sino de toda la historia del deporte nacional. Su dominio en la marcha mundial es absoluto, confirmando su estatus como la reina indiscutible de esta disciplina de atletismo siendo tetracampeona mundial, a la altura de atletas como Carl Lewis, Usain Bolt o Mo Farah.