Captado por las cámaras, la acción de Murray rápidamente se hizo viral y las críticas tampoco esperaron. El propio entrenador de Minnesota, Chris Finch, calificó como «inexcusable y peligroso» que el base de los Nuggets gestionase su frustración de esa manera.
Con todos de acuerdo en que no debería haberlo hecho, quedaba por conocer la decisión de la NBA, poniéndose sobre la mesa la posibilidad de que se suspendiese un partido al jugador. Pues bien, la NBA ha actuado, pero a medias.
Según adelantaba Shams Charania de The Athletic, la decisión de la Liga ha sido imponer una dura multa de 100.000 dólares a Murray, pero no suspenderle partido alguno, por lo que podrá disputar esta próxima madrugada el tercer encuentro de la serie ante Minnesota Timberwolves.
Es sin duda una gran noticia para la organización de Colorado. Los actuales campeones están 2-0 abajo ante los Wolves y necesitan sacar al menos uno de los dos partidos que tienen ahora en Minneapolis para seguir vivos. Evitar el 3-0 sin Murray se antojaba prácticamente imposible.
