Deportes
Calidad de Vida: El mundo es una pelota
"El título de este artículo puede prestarse a varias interpretaciones pero, por supuesto, nos vamos a referir a la Copa Mundial de Futbol"
5 de diciembre de 2022

Opinión.- El título de este artículo puede prestarse a varias interpretaciones pero, por supuesto, nos vamos a referir a la Copa Mundial de Futbol, deportiva planetaria, solo comparable a las olimpiadas, que actualmente acapara la atención y la pasión de multitudes. Cada cuatro años el planeta se paraliza en nombre del fútbol.

El futbol es un sistema de representación de la realidad, allí reside gran parte de su encanto. En la cancha no solo están representados países sino las diversas realidades de cada uno con sus matices. Un claro ejemplo, fue el Mundial de Futbol México 1986, cuando se enfrentaron Argentina e Inglaterra, todavía estaban frescas las heridas de la Guerra de las de 1982, donde también se habían enfrentado ambos países pero en un escenario bélico real que concluyó con una victoria británica. Aquel memorable partido se convirtió en una revancha simbólica no solo para Argentina sino para todos los latinoamericanos que vieron la oportunidad para desquitarse de la ofensiva derrota perpetrada por el arrogante Reino Unido. Por eso, tanto la acción en el campo como el triunfo del equipo albiceleste tuvo resonancias épicas, a lo cual se sumó, además, la presencia de Maradona, quien marcó los dos goles de la victoria que cimentaron su leyenda. Uno fue el polémico “La mano de Dios” y el otro el gol del siglo. Lo que se puso en juego durante ese partido fue la dignidad de todo un continente.

Cuando queremos conocer un país o una sociedad, el deporte es un catalizador importante, porque ahí se concentran numerosas pasiones y numerosos intereses para bien o para mal. Pero si solo nos concentramos en lo deportivo vamos a perder muchos elementos que también participan en el juego. En un paralelismo importante de cualquier deporte, hay elementos religiosos, simbólicos, políticos, económicos, eróticos, estéticos, que determinan lo que ahí sucede. Y entender esta complejidad es entender la sociedad donde se cumple esta competencia.

El reconocido escritor y periodista mexicano Juan Villoro, autor de cinco libros sobre el tema, entre los cuales destaca “Dios es redondo” y “Los Once de la Tribu”, indica que “en el futbol se logra en ocasiones la antropología perfecta que consiste en la validación del oponente. Muchas veces hay partidos tan cerrados y bien jugados que el público ha aplaudido también al equipo rival, es decir, vemos por unos segundos la utopía de nuestras esperanzas en la humanidad convertidas en realidad”.

El gran escritor uruguayo Eduardo Galeano es autor de “El fútbol a sol y sombra”, de obligada lectura para los amantes de este deporte y de la literatura. Para concluir compartimos unas citas de este libro

“Cuando el partido comienza, los fanáticos caen en trance de futbolitis aguda. El fútbol deja de ser un reflejo del mundo para convertirse en el mundo”.

“Los derrotados pierden por él y los victoriosos ganan a pesar de él. Coartada de todos los errores, explicación de todas las desgracias. Los hinchas tendrían que inventarlo si él no existiera. Cuánto más lo odian, más lo necesitan. Durante más de un siglo, el árbitro vistió de luto. ¿Por quién? Por él”.

“Los demás jugadores pueden equivocarse feo una vez o muchas veces, pero se redimen mediante una finta espectacular, un pase magistral, un disparo certero: él no. La multitud no perdona al arquero. ¿Salió en falso? ¿Hizo el sapo? ¿Se le resbaló la pelota? ¿Fueron de seda los dedos de acero? Con una sola pifia, el guardameta arruina un partido o pierde un campeonato, y entonces el público olvida súbitamente todas sus hazañas y lo condena a la desgracia eterna. Hasta el fin de sus días lo perseguirá la maldición”. 

Por Arnaldo Rojas
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VÍA NT
FUENTE Editoría de Notitarde