Nacido en Barbacoas, estado Aragua, en 1928, Díaz creció inmerso en la música y las tradiciones del campo venezolano. Desde su infancia, mostró una ferviente pasión por la música, aprendiendo a tocar el cuatro y componiendo sus primeras canciones, informó 800 Noticias.
En la década de 1960, alcanzó la fama nacional con su programa de televisión, "El Show de Renny Ottolina", donde cautivó al público con un estilo único que fusionaba humor, poesía y sabiduría popular. Su apodo, "El Tío Simón", se convirtió en un símbolo de cariño y proximidad con el público venezolano.
A lo largo de su trayectoria, Díaz compuso más de 400 canciones, muchas de las cuales se volvieron clásicos de la música venezolana, como "Caballo viejo", "Tonada del Cabrestero", "Luna de Margarita", "Venezuela" y "La Vaca Mariposa". Sus letras no solo reflejaban la belleza del país, sino también sus problemáticas sociales y políticas.
Además de músico, fue poeta, humorista, caricaturista y empresario. Su genio creativo lo convirtió en una figura polifacética que dejó una huella profunda en la cultura venezolana, reseña Versión Final.
A lo largo de su carrera, Díaz recibió numerosos premios y reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Música de Venezuela en 1998 y el Grammy Latino a la Excelencia Musical en 2007.
A una década de su partida, la música de Simón Díaz sigue latiendo en el corazón del pueblo venezolano. Sus canciones continúan transmitiendo valores como la honestidad, la humildad, el amor por la tierra y la esperanza en un futuro mejor.
Simón Díaz no solo fue un extraordinario artista, sino también un maestro de la vida. Su legado representa un tesoro invaluable para Venezuela y Latinoamérica, recordándonos la fuerza de la cultura popular y la importancia de preservar nuestras tradiciones.
