Cultura
Entérate de qué va la obsolescencia programada
Una práctica común en la industria electrónica que sigue generando críticas y controversias por su impacto en el medio ambiente y el consumidor
26 de mayo de 2023
Cultura.- La obsolescencia programada o planificada es una práctica que se originó en Estados Unidos en la década de 1930, en un momento en el que la producción en masa y la sociedad de consumo empezaron a tomar forma. 

Esta práctica de diseñar productos para que se vuelvan obsoletos o inservibles después de un período de tiempo determinado, obliga a los consumidores a comprar nuevos productos con frecuencia, creando grandes cantidades de residuos. 

Este modelo de consumo excesivo no toma en cuenta el impacto ambiental en el planeta, y está diseñado para fomentar el aumento constante del consumo. es un ejemplo claro de cómo el modelo económico actual es insostenible y el impacto negativo que tiene el consumismo excesivo en el medio ambiente, reseña el colectivo Carabobo Libre en su blog.

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En 1932, Bernard London, corredor de bienes raíces estadounidense, propuso una solución radical para terminar con la Gran Depresión en los Estados Unidos

London argumentó que la obsolescencia planificada y obligada por ley podría impulsar la economía al aumentar la demanda de nuevos productos, lo que a su vez estimularía la producción y el empleo. Según su propuesta, se debería establecer un plazo de obsolescencia para los productos, tras el cual los fabricantes estarían obligados a retirarlos del mercado. 

Aunque en su  momento, la propuesta no tuvo éxito, sentó las bases para la teoría y la práctica de la obsolescencia programada, que se aplicaría años más tarde en la industria y el comercio.

En 1954, Brooks Stevens, un diseñador industrial estadounidense, popularizó el término «obsolescencia planificada», también conocido como «obsolescencia diseñada» o «muerte planificada», para describir la estrategia de los fabricantes de productos de consumo de hacer que sus productos se vuelvan obsoletos o inservibles después de un período determinado o tras un número determinado de usos. 

La idea detrás de la obsolescencia planificada es que hace que los consumidores compren nuevos productos con más frecuencia, lo que aumenta las ganancias de los fabricantes. Aunque la obsolescencia planificada ha sido objeto de críticas y controversias por su impacto en el medio ambiente y en el consumidor, sigue siendo un fenómeno común en muchas industrias en todo el mundo.

La obsolescencia programada es una práctica común en la industria electrónica. En el caso de los teléfonos móviles Samsung (marca mas vendida en el mundo en 2022), una forma de aplicar la obsolescencia programada es a través de actualizaciones de software.

 A medida que se lanzan nuevas versiones del sistema operativo Android, los modelos más antiguos pueden volverse lentos e incompatibles con las últimas aplicaciones. En lugar de actualizar sus dispositivos y prolongar su vida útil, Samsung opta por no proporcionar actualizaciones de software para los modelos más antiguos, lo que los hace menos útiles y obliga a los consumidores a comprar nuevos dispositivos. 

Esta práctica es criticada por algunos por su impacto en el medio ambiente y en el bolsillo de los consumidores, pero sigue siendo una práctica común en la industria electrónica. Los teléfonos móviles contienen alrededor de 40 materiales tóxicos, entre los que destacan elementos como el arsénico, antimonio, berilio, plomo, níquel y zinc, o metales pesados como el plomo, cadmio o el mercurio, entre otros. Pero el elemento más contaminante de un teléfono móvil es la batería.

Producen mil 500 millones de equipos celulares al año

Es una práctica que ha sido adoptada por la mayoría de las empresas fabricantes de productos electrónicos, con consecuencias negativas para el medio ambiente y la sociedad en general. 

La estrategia detrás de la obsolescencia programada es hacer que los productos sean desechables después de un corto período de tiempo, con el fin de forzar a los consumidores a comprar nuevos productos con mayor frecuencia. Sin embargo, esto tiene un impacto negativo en el medio ambiente ya que se produce una gran cantidad de residuos eléctricos y electrónicos que suelen ser difíciles de reciclar o tratar adecuadamente.

Además, este fenómeno tiene otros impactos negativos para los consumidores, como la dificultad para reparar los productos o la necesidad de gastar mucho dinero para adquirir productos nuevos y actualizados tecnológicamente. Si no cambiamos este modelo de negocios y seguimos consumiendo productos diseñados para ser obsoletos, estamos contribuyendo a la degradación y destrucción de nuestro planeta. 

Es importante que las empresas desarrollen productos duraderos y reparables y que los consumidores sean conscientes del impacto de sus decisiones de compra sobre el medio ambiente. Si todos tomamos medidas para reducir nuestra huella ecológica, podremos contribuir a la creación de un mundo más sostenible para las generaciones futuras.

Carabobo Libre impulsa la economía circular y la doctrina de la economía del mantenimiento para luchar contra esto.

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VÍA NT
FUENTE Carabobo Libre