Carabobo.- Richard Onaindia, valenciano de nacimiento, ha vivido en la parroquia San Blas desde su llegada al mundo en el año de 1966, en el seno de una familia católica junto a sus padres.

Desde niño este humilde servidor se ha mantenido cerca de la obra de Dios, luego recibido el sacramento de la primera comunión a la corta edad de 9 años de la mano del primer arzobispo de Valencia monseñor Luis Eduardo Henrique Jiménez.

“Para ese momento luego de mi comunión, el párroco de San Blas de ese entonces, padre Esteban de Jesús Liébana, me dijo si quería ser monaguillo y yo acepte. Desde entonces estoy ayudando en la iglesia hasta la actualidad”, contó como uno de sus primeros recuerdos en el servicio de Dios.

Richard realizó sus estudios académicos básicos en el Grupo Escolar Fermín Toro ubicado frente a la plaza de San Blas; el diversificado en el liceo nacional Martin J. Sanabria y posteriormente pudo graduarse como licenciado en educación en la Universidad de Carabobo y luego consignó un postgrado en la Universidad Santa María de Caracas.

Desde joven Richard se ha dedicado al cuidado de su familia, siendo un buen hijo, hermano, amigo y servidor, ayudando siempre a quien lo ha necesitado. Un hombre sencillo, amante de los paseos y de la lectura. Su padre fue Julián Onaindia quien falleció en la juventud de su hijo y su madre María Asunción de 88 años de edad y con quién vive actualmente.

Al estar tan cerca de Dios había querido ser sacerdote asistiendo al seminario de la Guaira San Pedro Apóstol, por un año para sus estudios y formación. Sin embargo, por una situación familiar y muy personal no pudo completar su formación como sacerdote, aunque, cómo él dice no fue algo que lo alejó de Dios pues no se casó, no tuvo hijos y ya servido fielmente en su iglesia, asistiendo a diversos retiros vocacionales con los Jesuitas y los Salesianos.

“Yo creo que de las cosas que me han marcado ha Sido mi experiencia de fe dentro de mi iglesia ayudando en todo lo posible a los sacerdotes que han pasado y dejado huella en mi parroquia”, dijo.

“Para este año 2022 la parroquia está dirigida por el padre Eduardo Pereira a quien admiro y respeto mucho y aunque es más joven que yo, es un excelente sacerdote”, expresó con humor y genuino aprecio.

Actualmente Richard se desempeña cómo profesor de inglés y castellano en el liceo, también es el único que pone en funcionamiento el reloj de la iglesia de San Blas, ya que es un artefacto que requiere un cuidado especial por su diseño y tiempo de creación y él es quien sabe hacerlo, una labor que cumple con agrado y entusiasmo.

“Mi mensaje para está generación es que se formen en algo que les guste y les apasione, que no se vayan a otros países, que se queden para que entre todos hagamos una Venezuela grande y próspera y sobre todo que no se olviden de Dios, pues él es el camino, la verdad y la vida”, aseguró. (Periodista Franny Cordero)