Thomás, El Justiciero: La equidad como vocación y legado
No exige honorarios por adelantado, cubre los gastos y acompaña al trabajador hasta lograr el objetivo
Carabobo.- Thomás Velázquez @Eljusticiero2023 supo desde niño lo que era enfrentar la vida con coraje. A los 11 años, tras la separación de sus padres, comenzó a trabajar embalando bolsas en un supermercado de Parque Valencia para ayudar a su madre. Esa experiencia temprana, marcada por la responsabilidad y el sacrificio, sembró en él una convicción que lo acompañaría siempre: la justicia no puede ser un privilegio, debe ser un derecho.
Aunque su sueño inicial era ser profesor de educación física, la vida lo llevó por otro camino y en 2012 se graduó como abogado en la UNELLEZ. Desde entonces, su trayectoria ha sido intensa y diversa: trabajó en el Poder Judicial, fue Fiscal del Ministerio Público en el Estado Guárico, y recorrió más de 15 estados del país en materia penal.
“Mi abuelo, Luis Alfonso Zambrano Blanco, es uno de los maestros ilustres del estado Cojedes, y un alto porcentaje de mi familia son docentes, yo tengo eso en mis genes, pero rompí el molde al hacerme abogado”, enfatizó.
También ha realizado representaciones legales internacionales y hoy es el presidente de la empresa Consorcio, un estudio jurídico que lidera junto a su compañera de vida, la Dra. Zenaida Salazar, con más de 30 abogados en distintas áreas del derecho. No se ve como un jefe, sino como un guía que forma y acompaña
“Hacemos un tremendo equipo, porque no es ser jefe, no es ser presidente, es ser líder y poder ser esa voz de mando que te hace soñar y que te orienta, y que, si hay que enseñar, pues vamos a hacerlo…porque el buen líder enseña, ilustra y dirige” expresó Velázquez.
Pero su historia no se limita a los tribunales. En 2019 comenzó a crear contenido educativo en redes sociales, en donde compartía reflexiones sobre derecho penal y laboral. Tras perder su cuenta anterior a finales del año 2022 renació como El Justiciero 2023, y así recibió el nuevo año con una misión clara: ser el defensor de los débiles jurídicos, el abogado del pueblo, el rostro humano de la ley.
“Me gusta que me digan el Justiciero, porque siento que es un título que me ha dado la vida con miras a poder estar del lado de los débiles jurídicos…Ese seudónimo de Justiciero es mi norte, es mi misión de vida, y pienso que, a pesar de que en este momento apenas tengo 39 años, hay mucho por hacer” indicó.
Su enfoque en el derecho laboral surge al observar la vulneración sistemática de los derechos de los trabajadores del sector privado. Liquidaciones mal calculadas, despidos injustificados, violaciones a la inamovilidad laboral. En ese terreno, ha logrado ayudar a más de 200 trabajadores en el último año, apuesta por la conciliación y los acuerdos extrajudiciales como vía para alcanzar un “feliz término” sin desgaste emocional ni económico.
Fiel a su filosofía, repite una máxima que lo define: “El buen abogado laboral cobra al final”. No exige honorarios por adelantado, cubre los gastos y acompaña al trabajador hasta lograr el objetivo. Su consorcio ofrece consultas gratuitas en Caracas, en la Av. Lecuna, Torre Profesional del Centro, Piso 2, oficina 210 y Valencia, en la calle Pocaterra, Torre Colonial, Piso 2, oficina 7.
Añadió: “EL derecho laboral, es un derecho que yo venía analizando porque veía ciertas situaciones injustas con los trabajadores, de despidos injustificados y cosas de la vida me llegó un caso muy interesante a mis manos, de parte de una persona que represento en la actualidad…y yo vengo con buenas bases académicas y que, inclusive ya estamos formándonos para estudios de alto nivel para esta área, y de allí nace mi pasión por este derecho”
La ética es su estandarte. Afirma que puede estar en cualquier parte del país o del mundo con la frente en alto, porque su equipo y él no han hecho nada fuera de la ley, ni de lo que puedan señalar l