“El Portoncito Paisa”, un legado gastronómico colombiano en Valencia (+Entrevista)
Este hermoso restaurante tiene 33 años llevándole alegrías, satisfacción y platos exquisitos para el disfrute de los carabobeños y venezolanos de cualquier estado
Carabobo.- En el vibrante corazón de Valencia, Carmen Ríos construyó un auténtico hogar colombiano a través de su emblemático restaurante, “El Portoncito Paisa”, un establecimiento que no solo ha servido como un punto de encuentro gastronómico, sino que se ha transformado en un símbolo de la cultura colombiana en Venezuela, manteniendo su esencia a lo largo de más de 33 años.
Este restaurante ofrece a la comunidad un espacio donde disfrutar de la deliciosa gastronomía colombiana, convirtiéndose en un referente para aquellos que buscan saborear platos tradicionales en un ambiente acogedor.
En una entrevista para la editorial Notitarde, se reveló la entrañable historia detrás de “El Portoncito Paisa” y cómo ha logrado mantenerse en pie durante tantos años. Desde sus inicios, de manera modesta, Carmen, madre y emprendedora, comenzó su andanza con una natillera, un evento que permitió a las vecinas hacer ahorros y disfrutar de la cocina local: “Todo comenzó con las empanadas y la fritanga que hacía en casa. Recuerdo esos días con cariño, porque era una forma de conectar con la comunidad”, compartió Ríos.
A medida que su pasión por la cocina crecía, Carmen decidió abrir una pequeña ventana en su hogar donde ofrecía sus deliciosos platillos, y, con el tiempo, la demanda se incrementó, lo que la llevó a buscar un espacio más grande para recibir a sus clientes.
La apertura de un restaurante en un entorno donde escaseaban los establecimientos de este tipo representó un desafío significativo: “Hace más de tres décadas, no había muchos restaurantes colombianos en Valencia. Me convertí en una de las pioneras, y eso fue emocionante, pero también aterrador”, recordó Carmen.
Pese a los temores iniciales, su dedicación y amor por la cocina tradicional se convirtieron en los motores que impulsaron su éxito, permitiéndole atraer a una clientela fiel que apreciaba la autenticidad de su oferta gastronómica.
Los desafíos no tardaron en presentarse, y Carmen enfrentó un incendio devastador que casi destruye su negocio: “Fue una experiencia difícil, pero no permití que me detuviera. En dos meses, reconstruimos y continuamos cocinando para nuestros clientes”, comentó con determinación.
Este espíritu resiliente ha marcado la trayectoria de “El Portoncito Paisa”, donde la comunidad ha sido siempre el centro de su labor. A lo largo de los años, el menú ha evolucionado, pero la esencia de los sabores colombianos se ha mantenido intacta.
“Siempre hemos ofrecido los platos que la gente ama: bandeja paisa, sancocho y frijoles. Hay algo especial en la comida que evoca recuerdos y tradiciones”, explicó Carmen Ríos. Su compromiso con la calidad y la autenticidad son la clave para mantener el interés de los clientes, quienes regresan no solo por la comida, sino por el ambiente acogedor que ofrece el restaurante.
“El Portoncito Paisa” logró un impacto significativo en la comunidad, ya que creó un lazo entre colombianos y venezolanos. “Muchos de nuestros clientes son venezolanos que vienen con sus familias. Hemos llegado a ser parte de sus celebraciones y tradiciones”, destacó Carmen.
La conexión emocional que ha creado con sus clientes es palpable y, a menudo, muchos de ellos regresan con sus hijos, quienes también se convierten en parte de esta familia gastronómica que Carmen ha cultivado con tanto cariño por más de tres décadas.
Carmen Ríos no solo creó un restaurante sino que también generó un refugio cultural que celebra la diversidad y la riqueza de la cocina colombiana. “El Portoncito Paisa” se convirtió en un símbolo de unión, donde los sabores trascienden fronteras y donde cada plato cuenta una historia. Con dedicación y amor por la cocina, Carmen deja una huella imborrable junto a su familia.