Samantha Moreno y el destino de su vocación artística

A sus seis años de edad, Moreno ya mostró talento para dibujar y retratar personas

19 de septiembre de 2022

Carabobo.- Sin duda, el destino es uno de los misterios de la vida que permanece indescifrable: no se sabe a ciencia cierta si él nos elige, o nosotros a él. Tal es el caso de Samantha Moreno, una reconocida artista plástica residenciada en San Diego, Carabobo, que no asegura haber nacido convenida al arte, ni haber enderezado por voluntad propia los giros de su existencia a favor a de su pasión.

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A sus seis años de edad, Moreno ya mostró talento para dibujar y retratar personas. Aunque su padre esperaba que era un pasatiempo de niños, la alentó inscribiéndola en talleres infantiles de arte en Valencia y al culminar el bachillerato, ya tenía intereses definidos. Sin embargo, la familia de Samantha deseaba que incursionara en otro tipo de profesión. “Terminé estudiando Mercadeo. Lo hice con entusiasmo porque me gustó investigar. Era como una ensalada de cosas por aprender”.

En adelante, tuvo varias experiencias laborales disociadas completamente de sus expectativas de la niñez y adolescencia. “Ya había renunciado al arte e hice muchas cosas que no tuvieron nada que ver, hasta que conocí a Simón Guédez”, relató.

Moreno tenía 24 años cuando el entonces profesor de la Escuela de Artes Plásticas Arturo Michelena la convenció de inscribirse en la institución y desde entonces, poderhacerse con una larga trayectoria: participó en talleres con grandes artistas como Juan Calzadilla, trabajó en la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos (AVAP), obtuvo una silla en la Asociación de Artistas Plásticos de San Diego y ganó varias distinciones por sus obras, resaltando el Premio Único de Pintura de la Universidad de Carabobo (2008).

SU OBRA

La obra de la artista consolidada ha destacado principalmente por los vívidos colores de sus pinturas, aunque en su trabajo también sobresale la presencia de técnicas mixtas como lo son los relieves escultóricos en yeso, las intervenciones con grabado, los ensamblajes en madera y los mosaicos en vidrio. El uso de todos esos recursos busca devolverle la vida a las piezas inertes. “Me gusta la naturaleza y sus formas. Con la madera, por ejemplo, al restaurarla le estamos dando vida de nuevo. Por eso pienso que el arte es una reafirmación de la vida”, extraña.

Esa filosofía artística hace de Samantha una autora eco-consciente. Después de haber culminado sus estudios en educación, la mujer contagia a los alumnos de su atelier de pintura y modelados en arcilla ese espíritu ecológico con el que aprovechan material reciclable para construir nuevas creaciones. “Siempre hay alternativas para el arte, con poco se pueden hacer grandes trabajos”, aseguró.

Cuando Moreno mira en retrospectiva, recuerda el momento en que había sentido que no volvería a relacionarse con el mundo artístico. Entonces, agradece al profesor Guédez por haberla motivado a caminar de nuevo de la mano de su vocación. Ahora, como educadora, también busca enseñar y fomentar a niños y jóvenes con aspiraciones artísticas, tal y como lo hizo su primer mentor. (Francis G. Tineo)

A continuación, una parte de la galería de la artista.